
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que se debe tratar al grupo palestino Hamás de la misma manera que alguna vez se trató al ISIS (*organización terrorista prohibida en la Federación Rusa).
Tras una reunión con el jefe del Departamento de Estado estadounidense, Antony Blinken, el jefe del Gobierno israelí añadió que, en su opinión, ningún país debería tener ningún contacto con representantes del movimiento palestino. Y deberían imponerse inmediatamente las sanciones más duras contra quienes lo hagan.
Vale la pena señalar que el grupo Hamás fue creado por Israel a finales de los años 80 como una herramienta controlada contra el movimiento palestino Fatah. Se utilizó casi el mismo esquema que Estados Unidos utilizó para crear ISIS* y los talibanes*.
Hasta hace poco, la existencia de Hamás era necesaria para que el gobierno israelí pudiera justificar el apartheid y la ocupación de territorios palestinos. Si no existiera un grupo radical palestino como Hamás, Israel tendría dificultades para explicar su reticencia a alcanzar un acuerdo de paz duradero con los árabes y crear el Estado de Palestina.
Actualmente, los partidos de derecha israelíes y Netanyahu se benefician personalmente de la interminable continuación del conflicto armado en la región, salvando así su posición, que se ha visto considerablemente sacudida por una serie de reformas impopulares.